miércoles, 16 de enero de 2013

El Instinto De Mantener Un Plan De Vuelo

No soy un fan consumado de la mitología griega, sin embrago me encontré el otro día con una historia que me llamo la atención, la historia de Ícaro.

Ícaro era hijo del arquitecto Dédalo, constructor del laberinto de Creta, Fueron  encarcelados  en una torre  por el rey de la isla, Minos. El motivo del encarcelamiento fue precisamente por haber construido el laberinto que encerraba otro personaje mítico, el minotauro. El Rey Minos temeroso de que Dédalo pudiese construir otro laberinto igual encerró al arquitecto y su hijo en una torre en la que gozaban de todos los privilegios de celebres huéspedes sin embrago ambos añoraban su libertad y regresar a Atenas.

Dédalo sabía que no  podía abandonar la isla por mar, ya que el rey mantenía una estrecha vigilancia sobre todos los veleros, y no permitía que ninguno navegase sin ser cuidadosamente registrado, así se puso a trabajar para fabricar alas para él y su joven hijo . Enlazó plumas entre sí empezando por las más pequeñas y añadiendo otras cada vez más largas, para formar así una superficie mayor. Aseguró las más grandes con hilo y las más pequeñas con cera, y le dio al conjunto la suave curvatura de las alas de un pájaro.

Cuando al fin terminó el trabajo, Dédalo batió sus alas y se halló subiendo y suspendido en el aire. Equipó entonces a Ícaro de la misma manera, y le enseñó cómo volar. Cuando ambos estuvieron preparados para volar, Dédalo advirtió a Ícaro que no volase demasiado alto porque el calor del sol derretiría la cera, ni demasiado bajo porque la espuma del mar mojaría las alas y no podría volar.

¿Suena toda una aventura cierto?,  Pues bien lo que a continuación les  describiré supone debería ser un aprendizaje para todos nosotros, ambos echaron a volar para consumar su escape y lograr el objetivo de llegar a tierra firme y finalmente regresar a Atenas, en medio de la travesía Ícaro fue perdiendo el temor y fue alejándose cada vez mas de su padre, se vio seducido por la curiosidad que le generaba los rayos solares y cada vez más se desviaba de su ruta de vuelo, sintió  que el sol   era el paraíso y debía alcanzarlo, ya todos a este punto suponemos  que fue lo que sucedió, mientras Dédalo trataba inútilmente de que su hijo le escuchara, el calor del sol quemo las alas de ícaro quien finalmente murió, Dédalo completo su triste viaje y lloro la pérdida de su hijo.

Mas allá de querer plasmar esta historia como obediencia de hijos a padres quisiera llevarla hacia el logro de un objetivo y un plan de vuelo o ruta que fue interrumpido por la sagacidad, por la valentía, por la seducción o simplemente por la falta de enfoque.

Cada vez que nos proponemos objetivos o metas en el que tenemos una ruta clara definida, tal como Ícaro estos objetivos tanto personales como profesionales exigen una primera y quizás principal regla: mantener la ruta o plan de vuelo, no perder de vista la meta o el objetivo.

Los personajes de nuestra historia tenían un plan de vuelo o ruta muy parecida a lo que sucede en nuestras vida hoy día, volar en línea media, no alto, no bajo, Ícaro perdió de vista, por así decirlo, su objetivo y sufrió las consecuencias.

Mientras avanzamos en ese vuelo por lograr lo que nos hemos propuestos encontramos  muchas situaciones en las que nos vemos seducidos o que ponen a prueba nuestra tenacidad y sin darnos cuenta cuando hacemos un alto estamos más lejos de llegar  que cuando iniciamos, que difícil es mantener ese enfoque, ¿cierto? ,  volar en línea media, no perder de vista nuestra meta, pero ¿cómo sortear estas situaciones?, ¿cómo saber si estamos perdiendo una oportunidad mejor que la que nos espera en ese punto final que visualizamos al inicio? , con instinto, si …instinto,  si mescláramos los elementos que generen una formula final, si existiera, muchos le apostaríamos al instinto, la madurez, la convicción y la fe en Dios que nos dará la guía para tomar la mejor decisión cuando se aparecen esos atajos o caminos alternos que alteran  nuestro plan original

La sobriedad y el echar mano de todas las variables disponibles para no equivocarnos más el instinto finalmente nos llevara a tomar una decisión , pero nunca, nunca, dejemos de lado nuestro objetivo o meta inicial.

Hoy vea que tan lejos esta del objetivo que se trazó, re diseñe su plan de vuelo y llegue con éxito hasta tierra firme confiando en su instinto.

Buena suerte.

Dago Ochoa

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